Con una sonrisa tranquila y el comentario “No pasa nada”, Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, restó importancia al hecho de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no la invitara a su toma de posesión. Aunque la asistencia de dignatarios extranjeros no es parte del protocolo habitual para este tipo de ceremonias, Trump extendió invitaciones a líderes de países como China y Argentina.
Sheinbaum, quien se ha convertido en una figura política destacada en México, respondió a los cuestionamientos durante una breve entrevista, dejando claro que no considera la exclusión como algo relevante.
Un gesto que genera opiniones
La decisión de Trump de invitar a ciertos líderes internacionales y excluir a otros ha generado diversas reacciones, especialmente en Latinoamérica. Algunos analistas sugieren que estas invitaciones reflejan las prioridades diplomáticas del expresidente, mientras que otros lo consideran un gesto simbólico con tintes políticos.
Sheinbaum, conocida por su estilo directo y pragmático, evitó entrar en polémicas. Su respuesta demuestra una postura de calma frente a lo que podría interpretarse como un desaire diplomático.
Contexto internacional
Las tomas de posesión presidenciales en Estados Unidos suelen ser eventos nacionales, con asistencia limitada a funcionarios estadounidenses, exmandatarios y figuras clave del Congreso. Sin embargo, la inclusión de líderes extranjeros en esta ocasión marcó una excepción, destacando posibles intereses estratégicos de la administración de Trump.
Aunque Sheinbaum no asistió, la exjefa de Gobierno continúa siendo una de las figuras más influyentes de México y un referente en el ámbito político latinoamericano. Su respuesta reafirma su enfoque en temas locales y regionales, alejándose de controversias innecesarias en el plano internacional.
Imágen cortesía: CNN