El regreso del gusano barrenador, una plaga que había estado ausente durante 30 años, está poniendo en serias dificultades al sector ganadero de Tamaulipas, al obstaculizar las exportaciones de ganado hacia Estados Unidos. La aparición de este parásito ha retrasado las exportaciones de hasta 100,000 cabezas de ganado, de las cuales el 15% proviene de este estado fronterizo, lo que ha provocado pérdidas económicas significativas para los productores locales.
El presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT), José Ramón Guerrero Gamboa, explicó que, debido a esta plaga, las exportaciones de ganado hacia el vecino país se han extendido hasta febrero de 2025. Esto ha dejado a 15,000 cabezas de ganado en corrales de engorda, lo que representa un gasto adicional considerable para al menos 35 exportadores locales. Estos ganaderos deben seguir alimentando y cuidando a los animales mientras se reanuda la posibilidad de enviarlos al mercado estadounidense.
El gusano barrenador, que se propaga a través de una mosca parásita, afecta al ganado al alimentarse de su tejido vivo. Aunque en ocasiones puede también afectar a seres humanos, su impacto principal se concentra en los animales de sangre caliente, especialmente el ganado bovino. El regreso de esta plaga a México, proveniente de Centroamérica, ha creado una crisis en las exportaciones ganaderas, dañando no solo la economía de Tamaulipas sino también la de otras regiones del país.
“Esta situación mantendrá a las 15,000 cabezas de ganado en corrales hasta al menos febrero de 2025, lo que generará un gasto adicional considerable para los exportadores, quienes deben seguir alimentando y manteniendo a los animales sin poder exportarlos”, señaló Guerrero Gamboa.
El problema se ve agravado por las restricciones sanitarias impuestas por brotes de tuberculosis en el ganado de la región. Los productores de Tamaulipas deben realizar pruebas de tuberculosis a cada becerro antes de ser exportado, lo que complica aún más el panorama económico. Estas medidas sanitarias son parte de un esfuerzo más amplio para controlar el estatus zoosanitario en la región, que, a pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Desarrollo Rural, Acuacultura y Pesca, no ha logrado recuperar los niveles de exportación previos a 2019.
Además de los costos de alimentación y cuidado del ganado, los productores deben cumplir con estrictos protocolos sanitarios, que incluyen estaciones cuarentenarias y medidas de cercado, para garantizar que el ganado no represente un riesgo para la salud pública. Estas medidas, aunque necesarias, añaden una carga financiera extra que los ganaderos deberán soportar hasta que se resuelvan los problemas de exportación.
Hasta que se levante el cerco sanitario y se reanuden las exportaciones de ganado a Estados Unidos, los productores de Tamaulipas deberán absorber estos costos extraordinarios, lo que pone en riesgo la estabilidad financiera de muchos ganaderos locales.
Este resurgimiento de la plaga y las restricciones sanitarias destacan la vulnerabilidad del sector ganadero mexicano, que depende en gran medida del mercado estadounidense, y subraya la urgencia de abordar estos problemas para evitar mayores pérdidas económicas en el futuro.
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