Boston, Massachusetts – Michael Sullivan, un hombre de 62 años, fue liberado tras pasar 27 años en prisión por un crimen que no cometió. Sullivan había sido condenado en 1986 por asesinato en primer grado, pero gracias a los avances en la tecnología de análisis de ADN, se logró probar su inocencia casi tres décadas después.
El caso de Sullivan comenzó cuando fue acusado y condenado por el asesinato de un hombre en un vecindario de Boston. La condena se basó principalmente en testimonios circunstanciales y pruebas que, con el tiempo, resultaron ser insuficientes. Durante años, Sullivan mantuvo su inocencia, pero sus apelaciones fueron rechazadas.
En 2013, un grupo de abogados de la organización Innocence Project, dedicada a exonerar a personas condenadas injustamente, retomó su caso. Utilizando las más recientes tecnologías de análisis de ADN, pudieron comprobar que las muestras de evidencia encontradas en la escena del crimen no correspondían a Sullivan. Esto llevó a la revocación de su sentencia y su liberación inmediata.
Como parte de una ley estatal que compensa a las víctimas de condenas injustas, Sullivan recibió un millón de dólares como indemnización. Aunque la cifra es significativa, Sullivan expresó que ningún monto puede devolverle los años perdidos.
“Es difícil describir lo que siento. Perdí casi tres décadas de mi vida, momentos que nunca recuperaré. Pero estoy agradecido por las personas que lucharon por mí y por esta segunda oportunidad”, dijo Sullivan durante una rueda de prensa.
El caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de mejorar el sistema judicial para evitar condenas erróneas y garantizar que los avances tecnológicos se utilicen en la revisión de casos antiguos.
Sullivan planea utilizar parte de la indemnización para apoyar a organizaciones que luchan por la justicia y ayudar a otras personas que, como él, fueron injustamente condenadas.
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