Ciudad de México – Este lunes marca el fin de una era en la política mexicana: el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció su última conferencia de prensa matutina, popularmente conocida como “La Mañanera”, después de haber sostenido más de mil emisiones a lo largo de su mandato. Desde el primer día de su gobierno, en diciembre de 2018, López Obrador hizo de estas conferencias diarias una tradición, celebrándolas de lunes a viernes a las 07:00 horas.
Durante casi seis años, “La Mañanera” se ha convertido en un ícono de su administración, un espacio en el que el mandatario informó sobre los avances de su gobierno y abordó temas cruciales de la política nacional. Con un promedio diario de 2.5 horas de duración, las conferencias alcanzaron una audiencia considerable, con más de 100 mil espectadores diarios solo en su canal principal de YouTube, además de la difusión en otros medios.
Este formato, definido por el presidente como un “diálogo circular” entre el gobierno y los medios de comunicación, permitió a López Obrador presentar su visión del país de manera directa, sin intermediarios, y responder a las preguntas de los periodistas en tiempo real. Sin embargo, el final de estas conferencias bajo su mandato no significa el cierre definitivo de este tipo de diálogo. Claudia Sheinbaum, presidenta electa, ha prometido que continuará con las conferencias, aunque las mañaneras de López Obrador ya han dejado una marca distintiva en la historia política reciente de México.
El fin de esta práctica diaria también cierra un capítulo de constante comunicación entre el presidente y la ciudadanía, una característica que definió al gobierno de López Obrador y que, para sus seguidores y detractores, será recordada como una de las herramientas clave de su administración.
Foto cortesía de: El Universal