La policía de Guatemala detuvo el miércoles a siete guatemaltecos a los que acusa de haber traficado a 53 migrantes originarios de México y Centroamérica, que fallecieron asfixiados en 2022 en Texas tras ser abandonados dentro de un furgón.
En declaraciones a The Associated Press, el ministro guatemalteco de Gobernación, Francisco Jiménez, confirmó las detenciones que, según dijo, fueron posibles tras 13 allanamientos en tres departamentos del país dentro del operativo policial “San Antonio”.
La policía confirmó que en los cateos se incautaron vehículos y dinero en efectivo, y se rescató a otros migrantes.
“Este es un trabajo de colaboración entre la policía guatemalteca y Homeland Security, además de otras agencias nacionales, para desmantelar las estructuras de tráfico de personas, uno de los objetivos estratégicos del gobierno presidente Bernardo Arévalo, y afrontar así el fenómeno de la migración irregular”, dijo Jiménez.
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