Este martes, Ucrania rechazó enérgicamente las acusaciones de Rusia sobre su presunta implicación en el ataque terrorista del pasado viernes 22 de marzo contra una sala de conciertos en las afueras de Moscú, calificándolas de “mentira crónica”. Mijailo Podoliak, asesor de la presidencia ucraniana, denunció en una publicación en redes sociales que estas afirmaciones son infundadas y carecen de respaldo, destacando la falta de credibilidad incluso entre países neutrales respecto al supuesto “rastro ucraniano” en el incidente reivindicado por el Estado Islámico.
Podoliak criticó la persistente campaña de desinformación liderada por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien insiste de manera obsesiva en culpabilizar a Ucrania del ataque. También señaló las declaraciones del secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, y el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, quienes atribuyeron el atentado a los islamistas radicales con la supuesta complicidad de servicios secretos occidentales, acusando a Ucrania de tener una relación directa con el mismo.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió a las acusaciones de Putin calificándolo de “bestia enferma y cínica”, rechazando contundentemente cualquier implicación de su país en el ataque, así como las insinuaciones de complicidad por parte de aliados occidentales, especialmente Estados Unidos.